Rfundar la democracia francesa en unas pocas líneas? No tenemos este reclamo. Pero una convicción nos impulsa: la reforma previsional actúa como acelerador de una crisis de las decisiones públicas aún más que atestigua el cansancio de nuestras instituciones. Y para curar estos dos males que amenazan a nuestra Patria con caer en la impotencia o en la violencia y para conjurar el riesgo de un quinquenio por nada, desatendernos al Presidente de la República y a todos los partidos políticos conscientes de este peligro. de aprobar con los franceses un pacto de compromiso por una democracia útil.
Electos locales, asociaciones, sindicatos y por supuesto ciudadanos, necesitamos que todos, lo más cerca posible de los territorios, firmen este pacto. Y así suprimir poco a poco nuestra capacidad de reconstruir y sobre todo co-construir el bien común.
Una democracia útil debe involucrar a los jóvenes como una prioridad y superar el escepticismo que los aleja de las urnas o los hace cada vez más sensibles a las sirenas de los populismos y los extremos. Nos considera incapaces de resolver los grandes compromisos, en el centro de la deliberación colectiva. Y está convencida, no sin razón, de que tarde o temprano tendrá que pagar el precio de nuestra falta de valor. Transición ecológica, escuela y universidad, deuda, reindustrialización, revolución digital, trabajo, pensiones, justicia, defensa…
escuchando a los franceses
¡Estos desafíos se pueden contar en una generación, al menos! Los jóvenes tienen ideas para proyectarse en su propio futuro. Creemos los lugares y los ritos que les permitan expresarlos, y nos toca a nosotros darles la prueba concreta de que la democracia no es una ciudadela sitiada sino una gran ventana abierta al progreso. En este sentido, el derecho a votar a los 16 años quizás ya no sea un tabú.
La democracia útil a la cultura de los resultados. Debe ser comprensible, lo que dista mucho de serlo cuando quienes se supone que deben servirlo escenifican su propio envilecimiento. Pero también debe ser integral, atento a las necesidades de los franceses y los detalles que hacen o deshacen la calidad de su vida diaria. Si tantos franceses se alejan de la democracia es porque no ven cómo puede contribuir a una “vida mejor”. La satisfacción que produzca cada servicio público esencial se medirá con un barómetro establecido gracias al valioso refuerzo de la herramienta digital, a partir de las valoraciones de sus usuarios… ¡y de sus agentes! Los resultados serán publicados, con el fin de acentuar el esfuerzo cuando sean insuficientes. Todos los servidores del Estado, de los municipios, de los hospitales serán los actores de esta actuación recuperada mediante un dispositivo de participación financiera colectiva, que ha mostrado toda su eficacia en el sector privado.
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