Arroz blanco y presión arterial: beneficios del bajo sodio

Piensa en Arroz

El arroz blanco es uno de los alimentos más consumidos en el mundo, pese a que su papel en la dieta ha sido objeto de debate. Popularmente, se asocia su consumo con el aumento de peso, pero la evidencia científica ha demostrado que, consumido con moderación y dentro de un patrón alimentario saludable, el arroz blanco no engorda.

Su valor radica en el aporte de energía, micronutrientes y su fácil digestión, siendo clave considerar el contexto dietético global y los hábitos de vida antes que señalar a un alimento como único responsable del sobrepeso.

Ventajas nutritivas del arroz blanco

¿Estabas al tanto de que el arroz blanco es uno de los alimentos que proporciona numerosas ventajas si se consume con moderación? Algunos de los más significativos son:

Origen de energía

El arroz blanco ofrece carbohidratos complejos, que son la fuente principal de energía para el cuerpo y el cerebro, transformándola en energía que puede ser utilizada eficientemente.

Con bajo contenido en grasa y colesterol

Su contenido en grasa es mínimo, lo que lo hace apto para dietas bajas en colesterol y control cardiovascular.

Rico en vitaminas y minerales

Posee vitaminas del complejo B (niacina, tiamina, riboflavina), además de calcio, hierro, magnesio, fósforo y potasio, fundamentales para el metabolismo, la salud celular, la función ósea y el sistema inmunológico.

Apto para celíacos

Dado que no contiene gluten, es apto para las personas que tienen enfermedad celíaca o sensibilidad al gluten.

Con poco sodio

Su bajo nivel de sodio favorece el control de la tensión arterial.

Digestión sencilla

Tolerante en regímenes alimenticios blandos, de fácil digestión o con pocos residuos.

Arroz blanco y control de peso: ¿realmente contribuye al aumento de peso?

Es importante tener en cuenta que el arroz blanco no es un alimento obesogénico, sino que el aumento de peso se relaciona principalmente con un exceso calórico total y patrones dietéticos poco saludables.

  • Control del azúcar en sangre: el índice glucémico es superior al del arroz integral, así que quienes tienen diabetes tipo 2 deben consumirlo con moderación o combinándolo con fibra, proteínas y grasas saludables, lo cual es crucial para prevenir aumentos bruscos de glucosa.
  • Contexto cultural: en naciones asiáticas donde se consume mucho arroz, como Japón o Corea del Sur, las cifras de obesidad son bajas, lo que indica que la dieta en general y el estilo de vida tienen mayor impacto que la cantidad de este grano consumido (EurekAlert, Bloomberg).
  • Tamaño y modo de preparación: cocinar sin añadir grasas adicionales y servirlo con verduras y proteínas bajas en grasa contribuye a mantener un peso equilibrado.

De igual manera, una investigación efectuada en Irán determinó que no hay una relación considerable entre la regularidad en el consumo de arroz blanco y factores relacionados con la obesidad, tales como el índice de masa corporal o el perímetro de la cintura (PMC3653247).

Así, se ha comprobado que el arroz blanco no causa obesidad. El impacto que tiene sobre el peso está relacionado con la cantidad consumida, cómo se prepara, los acompañamientos y la dieta en su totalidad. Por el contrario, si se consume en cantidades moderadas, como parte de una dieta balanceada y acompañado de hábitos saludables, puede ser un alimento nutritivo, adaptable y seguro.

Por Eduardo M. Nathan

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