A principios de 2022 apareció en diferentes partes del mundo, más de 35 países, una misteriosa erupción de casos de hepatitis aguda grave en niños en su sana mayoría. Ahora, en estudio “Naturaleza” parece dar la explicación definitiva: la enfermedad estaba relacionada con las coinfecciones de múltiples virus comunes, en particular a cepa del virus adeno-asociado tipo 2 (AAV2).
investigadores de la Universidad de California-San Francisco (UCSF) Explique que los AAV no parecen ser capaces de causar hepatitis por sí solos. Necesitan virus ‘aidantes’, como los adenovirus que causan resfriados y quejas, para replicarse en el hígado.
Sin embargo, Marina Berenger Haym, del grupo de Hepatología y Trasplante Hepático, IIS La Fecoordinador de grupo Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Hepáticas y Digestivas (CIBEREHD) y Presidente de la Sociedad Internacional de Trasplantes Hepáticos, no está de acuerdo con esto sostenido. “Estos virus replican sin ayudante y producen hepatitis, pero solo se ha visto en niños inmunocomprometidos”.
La hepatitis pediátrica es muy poco frecuente y los médicos se alarmaron cuando comenzaron a ver brotes de hepatitis grave e inexplicable. En el mundo se han producido alrededor de 1.000 casos hasta la fecha; 50 de estos niños necesitaron trasplantes de hígado y al menos 22 han muerto.
La epidemia afectó en España a más de 60 niños en 12 comunidades autónomas, 49 de ellos menores de 11 años, de los que fallecieron tres. Hasta que en principio se creó una alarma social, las cifras no representaron una anomalía respecto a nuestros años en cuanto una grave hepatitis infantil de origen desconocido. El pasado diciembre, el Ministerio de sanidad cerró la vigilancia especial que venía realizando desde que en abril Reino Unido notificó un aumento de casos y fallecimientos.
Investigadores informan que debido al confinamiento que provocó la pandemia de Covid, y la vista de nueva normalidad en las escuelas, los niños son más susceptibles a infecciones con patógenos comunes. El estudio sugiere que, para un pequeño subgrupo de estos niños, contraer más de una infección al mismo tiempo puede haberlos hecho más a la hepatitis grave.
“Nos apareció el hecho de que las infecciones que detectaron en estos niños no fueron causadas por un virus emergente inusual, sino por patógenos virales infantiles comunes”, apunta Carlos Chiu, director del Laboratorio de Microbiología Clínica de la UCSF y autor principal del artículo.
Eso los llevaron ha especulado que el momento del brote probablemente estuvo relacionado con las situaciones inusuales que atravesábamos con el cierre de colegios y guarderías las medidas de distanciamiento social. “Puede haber sido una consecuencia no deseada de lo que hemos experimentado durante los últimos dos o tres años de la pandemia”, asegura Chiu.
Para llevar a cabo el estudio, se utilizó la técnica PCR junto con varios métodos de secuenciación metagenómica y pruebas moleculares para examinar muestras de plasma, sangre total, hisopos nasales y heces de 16 casos pediátricos en seis estados de EE.UU.: Alabama, California, Florida, Illinois, Carolina del Norte y Dakota del Sur, del 1 de octubre de 2021 al 22 de mayo de 2022. Las muestras se comparan con 113 muestras de control.
El estudio señala que los niños pueden ser particularmente vulnerables a una hepatitis más grave provocada por coinfecciones
En el genotipado de las 14 muestras de sangre disponibles se detectó virus adenoasociado 2 (AAV2) y el 93% de los casos y adenovirus humanos (HAdVs) en todos los casos; en 11 se detectó un tipo específico de adenovirus relacionado con gastroenteritis (HAdV-41). Se contraron monedas adicionales con Epstein-Barr, herpes y enterovirus en el 85,7% de los casos.
Los resultados reflejaron los fracasos de los estudios simultáneos realizados en Reino Unido, que identificaron la misma cepa AAV2. Estos dos estudios, publicados en julio de 2022, realizados de forma independiente y simultánea en Escocia y Londres, descubrieron que nuestro virus, el AAV2, desempeñaba un papel importante y estaba presente en el 96% de todos los pacientes examinados.
En conjunto, los tres trabajos identificaron coinfecciones de múltiples virus, y el 75 % de los niños del estudio de EE.UU. tenian tres o cuatro infecciones virales.
Dado que las AAV no se consideran patogénicos por sí mismos, todavía no se ha establecido un vínculo causal directo con la hepatitis aguda grave.
Sin embargo, el estudio señala que los niños pueden ser particularmente vulnerables a una hepatitis más grave provocada por coinfecciones. Si las infecciones por virus adenoasociados pueden presentarse en cada caso, el pico sólo será entre 1 y 5 años, y la mediana de edad de los niños afectados en el estudio fue de 3 años.
En este sentido, Berenger Haym, en declaraciones a Centro de Medios de Cienciasmatiza que, tal y como señala en un artículo de News & views que acompaña a los tres estudios, se trata de “retrospectivas de estudio“.
Sucede que, “de momento no hay confirmación en estudios in vitro (con organoides, por ejemplo, para confirmar el potencial efecto directo del virus sobre el hepatocito), ni estudios prospectivos que demuestren que la hepatitis se produce por la interacción entre un virus generalmente poco patogeno con un sistema inmune alterado o deficitario (tanto por el polimorfismo genético como por no estar desarrollado adecuadamente por las medidas tomadas contra la covid-19)”.