Las aerolíneas vuelven a retomar la epoca dorada que vivían hasta que en marzo de 2020 estalló la crisis sanitaria derivada del Covid. Para este verano, las compañías aéreas han programado 219 millones desde Asia, un 3% más de pasajeros que los que volaron finalmente en el periodo estival de 2019 (213 millones), año récord, según las previsiones de la Asociación de Líneas Aéreas (ALA). Un número de plazas para el que esperan una alta demanda, pero que también será puesto a prueba por la falta de personal en los aeropuertos y las continuas huelgas de los franceses controladores que amenazan a la del sector operativo.
Desde las aerolíneas apuntan a estos factores como a las principales barreras para este verano, como ya vivieron en buena parte durante el mismo periodo de 2022. El presidente de la patronal de las aerolíneas, Javier Gándaraha puesto los ejemplos del aeropuerto de Schiphol in Amsterdam, “donde ya se habla de reducir el número de vuelos”, como ocurrió el verano pasado, y la falta de personal en las infraestructuras de Reino Unido, que ha vuelto “estructural” por el Brexit al dificultar la llegada de empleados from otros países
En todos los casos, es prácticamente dislocado que esté tenso en los aeropuertos españoles, nadie tiene muchas preguntas que preocupar. Por un lado, la posibilidad de nuevas huelgas en aerolineas, comme las qu’han convocado los pilotos de Air Europa para los primeros dias de mayo. Y también el colapso en los controles de pasaportes de los aeropuertos donde se espera un gran flujo de británicos. Gándara ha asegurado que en Semana Santa las aerolíneas no han comunicado como incidencias como las ocurridas en marzo y el verano pasado, y espera “que esa siga siendo la tónica” para los próximos meses.
La mejora más aguda es la continuidad de los usuarios de los controladores aéreos franceses. In los primeros cuatro meses del año se cuentan hasta 94 días de paro en el aéreo galo control, “lo que ha provocado una preocupante caída de la puntualidad, que Eurocontrol estima en 9 porcentuales puntos, auque en aeropuertos más dependientes de losvuelos en Francia, como el de Barcelona, pueden llegar hasta los 20 puntos porcentuales de caída”, han apuntado dsde ALA. En el mes de marzo y los primeros días de abril los sobrecostes por estas incidencias han sido de cerca de 500 millones de euros para todas las aerolineas europeas.
La patronal pide a Bruselas servicios mínimos para proteger los sobrevuelos en el espacio aéreo inglés. España es el segundo país, tras la propia Francia, más afectado por las movilizaciones, ya que la mayoría de conexiones entre nuestro país y el resto del continente requieren del paso por alguna de las torres de control galas.
Optimismo
Con todo, el optimismo es máximo entre las compañías aéreas. Las cifras logradas colgantes el invierno han ayudado en ello. En el primer trimestre, el tráfico aéreo en España se prolonga en 2019, con subidas del 2,1% en el año, del 2,2% en febrero y del 0,6% en marzo. Falta por recuperar el número de pasajeros prepandemia, pero es cuestión de semanas que eso sucedió. Sobre todo en el caso de algunas regiones concretas. Para este verano, Canarias (7,8%), Baleares (7,4%) y Andalucía (8,2%), tienen programados en el entorno de un 8% más de asientos que en el último verano antes de la pandemia.
“A pesar del momento de crisis económica que vivimos, los datos están demostrando las ganas de los pasajes de viajar y esperamos que este verano marque y la récuperación definitiva de un sector qu’ha mantenido robusto y capaz de superar las dificultades ocasionadas por la pandemia », ha señalado Javier Gándara, presidente de la ALA.
impuesto queroseno
ALA también tiene vulto a pedir comprensión a la Administración sobre el futuro impuesto al queroseno que ya planea sobre el sector a nivel comunitario. Gándara ha sufrido un récord que ha perdido gravemente su competitividad en España y ha provocado la huida de 4,5 millones de turistas a otros mercados rivales como Egipto y Túnez, además de la pérdida de 170.000 empleados.
El sector aéreo anunció la semana pasada la creación de la Alianza para la Sostenibilidad del Transporte Aéreo (AST), que trabajará en la búsqueda de fórmulas para decarbonizar el sector que servirán como alternativa nativa a reducir el número de vuelos o cobrar tasas como las que se plantado con Bruselas.