Uruguay avanzó de manera significativa hacia la legalización de la eutanasia después de que la Cámara de Representantes diera su aprobación, en la madrugada de este miércoles, al proyecto de ley denominado «Muerte digna». La propuesta fue apoyada por 64 diputados, mientras que 29 votaron en contra, tras un extenso debate que duró más de doce horas e involucró a más de 40 legisladores.
La aprobación en la Cámara Baja marca el inicio de un proceso legislativo que llevará el proyecto a la Comisión de Salud de la Cámara de Senadores, integrada por nueve legisladores. De recibir luz verde, la propuesta será sometida al pleno de la Cámara Alta y, en caso de ser aprobada, se enviará al Poder Ejecutivo para su promulgación. Este proyecto busca despenalizar la eutanasia para mayores de edad con capacidad psíquica plena que atraviesen enfermedades terminales incurables o sufrimientos insoportables derivados de condiciones irreversibles.
Debate legislativo y posiciones encontradas
Durante el debate, legisladores a favor del proyecto destacaron la necesidad de garantizar un proceso de muerte digno, en consonancia con los deseos de la población. Luis Gallo, diputado del Frente Amplio, citó una encuesta de la consultora Cifra que indica que el 62 % de los uruguayos respalda la eutanasia. “Los legisladores debemos responder a las expectativas y manifestaciones de la voluntad de la población”, subrayó, resaltando la importancia de un análisis sensible y responsable frente a la diversidad ideológica, religiosa y ética que convive en el parlamento.
Por otro lado, ciertos legisladores manifestaron su oposición al proyecto. Rodrigo Goñi, que representa al Partido Nacional, describió el día como «sumamente doloroso» y destacó que dar luz verde al proyecto podría transmitir un mensaje de alivio al dolor a través de la muerte adelantada a individuos en situaciones de extrema vulnerabilidad. Su participación puso de relieve las tensiones morales y sociales que envuelven el debate sobre la eutanasia en Uruguay.
Contexto regional y comparación internacional
Si el proyecto recibe el visto bueno final y es sancionado por el Ejecutivo, Uruguay se transformará en el tercer país del continente americano en permitir la eutanasia, después de Canadá y Colombia. En Colombia, se eliminó la penalización en 1997 por una decisión de la Corte Constitucional, y desde 2021 el acceso se amplió para abarcar enfermedades graves e incurables que no son terminales. En 2023, se llevaron a cabo cerca de 270 procedimientos de eutanasia, un aumento considerable en comparación con el año anterior.
Canadá, por su lado, permitió la eutanasia en 2016 luego de que el Tribunal Supremo considerara su prohibición como inconstitucional. En 2023, más de 15.300 individuos obtuvieron asistencia médica para morir, lo que significó un incremento del 15,8 % respecto al año anterior. La experiencia internacional demuestra un aumento constante en la aceptación y práctica de la eutanasia, junto con un debate ético que sigue evolucionando.
Reacciones sociales y expectativas futuras
Después de la votación, grupos que apoyan la eutanasia, tales como Empatía Uruguay, manifestaron su gratitud hacia los legisladores que aprobaron la propuesta y resaltaron el avance histórico que esto significa para la nación. El proyecto pretende proporcionar un marco legal seguro y regulado, garantizando derechos y protecciones tanto para las personas que elijan la eutanasia como para los profesionales de la salud implicados.
El veredicto en la Cámara de Representantes representa un progreso considerable en la conversación sobre derechos personales y muerte justa, iniciando un proceso legislativo que aún necesita la aprobación de la Cámara de Senadores y la ratificación del Poder Ejecutivo. El debate no solo indica un posible cambio en la normativa, sino también un evento significativo en la regulación de la eutanasia en América Latina.