En Unión por la Patria están preocupados por el ausentismo que se registró en las elecciones provinciales y salieron alentar la participación. Pero hay dudas sobre dónde iría el voto de esos desencantados.

Las elecciones provinciales estuvieron signadas por el alto nivel de ausentismo. Poco más del 30 por ciento de los ciudadanos habilitados para votar decidieron no hacerlo, lo que abre un interrogante de cara a las PASO que ningún encuestador puede responder con certeza. El Gobierno tomó nota de este escenario y salió a pedir “que la gente vaya a votar”, pero hay distintas opiniones en el oficialismo que advierten que alentar la participación electoral de aquellos que están enojados con el rumbo del país podría ser perjudicial para los intereses de Sergio Massa, el precandidato a presidente de la lista de “unidad mayoritaria”de Unión por la Patria.

Los datos en torno a las elecciones locales anticipan un escenario inédito desde 2001: de los 17.011.971 argentinos habilitados para emitir su voto, 5.418.645 no lo hicieron. En el oficialismo creen que en ese universo, en especial en los sectores más vulnerables, hay un “votante probable” de Massa o de Juan Grabois. “En muchas provincias, el mayor nivel de ausentismo se dio en los barrios populares, eso es algo sobre lo que el peronismo tiene que trabajar y movilizar, ahí hay público nuestro”, dice uno de los protagonistas centrales del comando de campaña, que le atribuye a la falta de recursos para trasladarse el día de la elección: “Eso lo tiene que resolver nuestro aparato”, anticipan.

Con todo, admiten que la presunción no está refrendada por datos científicos que corroboren qué hará ese electorado en caso de ir a las urnas el 13 de agosto: “La gente está en otra, es imposible de medir”.

Otro sector que en UxP tienen identificado con altos niveles de ausentismo es el de los más jóvenes. En esta franja, señalan -también por intuición- que los votos están más repartidos, con una penetración especial del libertario Javier Milei.

Lo curioso es que, a pesar de ello, fueron varios los principales referentes del oficialismo que en los últimos días se pusieron al frente de la estrategia para atacar el problema del ausentismo. Empezando por Massa, quien ya lo había hecho parte de sus discursos, pero en su último spot de campaña abordó el con un mensaje contundente: “Vení a votar, la patria está en tus manos”.

Lo mismo hicieron su compañero de fórmula, Agustín Rossi; el gobernador bonaerense Axel Kicillof y su vice, Verónica Magario; quienes convocaron a la gente “a defender” sus derechos frente a las propuestas de la oposición.

En el caso de Massa, se trató también de una estrategia con mensaje segmentado: en Mendoza les habló a los jubilados a defender su “derecho a los medicamentos gratuitos”, en Merlo instó a las mujeres a ir a votar para “defender la moratoria previsional”, porque “siete de cada diez beneficiarios son mujeres”, y también para sostener las “becas universitarias y la entrega de notebooks para sus hijos”; mientras que en encuentros con trabajadores instó a ir a votar “para frenar” las reformas laborales de la oposición. En definitiva, el objetivo, como contó Clarín, es convocar a los desencantados que se quedaron en sus casas.

“Estamos trabajando para subir la participación y para bajar el voto en blanco, ahí puede haber un votante que en 2019 nos eligió espantado por el gobierno de Mauricio Macri y tal vez no están conformes por todo lo que nos faltó, pero que al final del camino van a votar en defensa propia», razonan en el búnker de Unión por la Patria.

No hay unanimidad respecto al eficacia de esta estrategia. Distintos referentes de la campaña y dirigentes territoriales, entre los que se anotan varios de los intendentes más populosos del Conurbano, plantean que el oficialismo no debe hacer más eje en el ausentismo. “El que está enojado, si va a votar, nos vota en contra. Hay que pedir disculpas por no haber hecho todo lo que queríamos, explicarle bien las propuestas de la oposición a la gente, para que sepan que quieren ir por sus derechos, y dejar que la gente decida si quiere ir o no el día de la elección. Forzar no es bueno y nos puede ir peor”, es la reflexión de uno de los dirigentes que estuvo esta semana en la reunión de referentes de campaña.

La diferencia de criterio expone el desorden que se advierte en la campaña, agudizada por la ausencia de Cristina Kirchner. Precisamente, los movimientos de la vicepresidenta en la recta final para las PASO son observados con expectativa: en el oficialismo, incluso en la tropa massista, creen que es la única que puede recuperar votos propios que no fueron a votar. La ex jefa de Estado se mantiene al margen desde el 17 de julio. 

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