En Alemania, el estado ruinoso de la red ferroviaria está obstaculizando el desarrollo del tren

Nunca antes los usuarios ferroviarios alemanes habían tenido que ser tan pacientes: en 2022 solo llegaron el 65,2% de los trenes de Deutsche Bahn (DB), la principal compañía ferroviaria “a tiempo”, es decir de forma secundaria con menos de seis minutos de retraso. Un deterioro del 10% con respecto a 2021. Suficiente para desanimar a quienes intentarían dejar el coche en el garaje, a pesar de que el gobierno tripartito socialdemócrata-ecólogo-liberal se ha fijado objetivos ambiciosos para la descarbonización del transporte. Para 2030, prevé duplicar el número de pasajeros-kilómetro (unidad de medida equivalente al transporte de un pasajero en una distancia de 1 kilómetro) por ferrocarril, así como un aumento del transporte de mercancías hasta el 25 % del tráfico de mercancías.

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El proyecto ya se considera amenazado, pues el año 2023 no pinta mejor para los viajeros ferroviarios, por problemas de infraestructura. Hasta el punto de que el gobierno dividió un mea culpa a principios de abril: “Solo podemos pedir comprensión a los clientes ferroviarios y pedirles disculpas. La situación es tan dramática que no hay alternativa a la renovación general de la red”, dijo el Secretario de Estado de Transporte Michael Theurer, explicando que el gobierno había “encontraron, al llegar, cargas heredadas del pasado”. La implicación: dos décadas de desinversión en la infraestructura ferroviaria del país… una política científicamente conducida por los partidos de gobierno, más proclives a la carretera.

En la década de 2000, Deutsche Bahn, 100% propiedad del estado federal y propietaria de la infraestructura, optó por una estrategia de expansión internacional, invirtiendo en el exterior en lugar de en la red nacional. Resultado: fallas en la señalización, problemas de cambio, vías sobrecargadas, trenes cancelados o disfuncionales (aire acondicionado, baños) son el día a día de los pasajeros. Sin mencionar los considerables retrasos en el traste.

Multiplicación de retrasos

Un mal necesario… antes de que la situación mejore, aseguran hoy los responsables de la empresa ferroviaria. Porque desde 2020, la multiplicación de los retrasos se explica por las numerosas obras en las vías, vinculadas al aumento de las inversiones públicas para la modernización de la red. De hecho, se dedicaron 13.600 millones de euros a este esfuerzo en 2022, un récord. Cuando asumió el cargo a fines de 2021, el gobierno anunció un presupuesto para el ferrocarril de 62 mil millones de euros para 2030. A fines de marzo, el gobierno prometió una nueva dotación de 45 mil millones de euros adicionales para 2027, financiado por primera vez por un aumento en los peajes de vehículos pesados.

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