Alonso, la conexión emocional con el coche y la 33 en la cabeza

No hay diluvio que agote a la grada de holandeses en el viejo Zandvoort. El circuito restalla una hora después de haber ganado Verstappen su novena carrera consecutiva. «SuperMax», abruma el animador de la pista. «SuperMax», replica el público. Hay más pasajeros de la felicidad. Carlos Sainz, que habla de un Ferrari renqueante y su mejor carrera, quinto. Pierre Gasly, que aúlla con su tercer puesto. La dicha casi es completa para Fernando Alonso, que se pone místico en la explicación.

«He sentido al coche muy bien. Es uno de esos domingos en los que te sientes conectado al coche. Cuando quería empujar, respondía y hacía lo que yo quería. Cuando quería salvar neumáticos, lo hacía. A veces estás a contrapié y otras veces estás vivo, conectado con el coche, no sé cómo explicarlo…».

Todo le salió de cara al asturiano, quien no dejó de pensar en la 33, su próxima victoria, durante toda la carrera con las condiciones tan cambiantes. Sobre todo, al final, sin ventaja extra y habitual para Verstappen.

«Se lo dije al equipo para ver si estaban de acuerdo, voy a atacar a Max, porque él se juega el Mundial y tendrá más cuidado. Tiene más que perder. Pero no me acerqué lo suficiente».

Alonso se marcha de Holanda con su séptimo podio del curso, la vuelta rápida, el nombramiento de mejor piloto del día y un adelantamiento memorable a dos rivales en la salida. Lo había memorizado en los entrenamientos: «En los libres 2 había probado la línea baja en la curva 3 y en cuanto noté unas gotas en la visera, me dije todo el mundo va a ir con precaución por la parte alta, voy a ver qué pasa. Esas cosas te pueden llevar al muro, pero esta vez salió bien».

Alonso se marchó radiante del circuito neerlandés. «Probablemente estoy más feliz ahora que cuando conseguía podios a principios de año porque después de que luchamos por conseguir podios en julio, volver con esta fuerza se siente increíble. A veces se necesita intuición y ataqué de manera muy agresiva».

El piloto confirmaba esa felicidad en cada declaración. «Es una sensación agradable volver al podio después de una carrera muy intensa y de emociones intensas. Creo que la segunda posición y la vuelta más rápida fueron lo máximo que podríamos haber logrado con la fuerte lluvia y la bandera roja».

Alonso ya había indicado el sábado que el periodo de vacío que atravesó en julio, sin podios ni grandes resultados en cuatro carreras de verano, fue en realidad una siembra para recoger la cosecha. En la fábrica de Aston Martin estaban trabajando en las mejoras del coche durante ese tramo, sobre todo en la evolución del fondo plano para vivir un momento como éste.

«Fue una carrera muy bien ejecutada por nuestro equipo y significa mucho frente a los apasionados aficionados en Zandvoort. El AMR23 respondió bien a todo, el coche funciona mejor».

Moderadamente feliz, como es él, se sentía también Carlos Sainz, quinto en un Ferrari de bajo rendimiento. «Ha sido una de mis mejores carreras esta temporada, seguro, en esas condiciones es donde más puedes hacer la diferencia y ahí he ido rápido. Pero en cuanto la carrera iba a todo seco o todo mojado, palmábamos medio segundo por vuelta incluso con el Alpine».

Sainz aspira a eso, regularidad y posibilidad de pelear por el podio, inalcanzable Verstappen y en crecimiento de nuevo Alonso con el Aston Martin. «Fue una carrera sin errores y sacando el máximo de lo que había. Es lo que le pido a la segunda mitad de la temporada. Estaremos algunas veces para el podio o para ser octavos. Hoy estábamos mucho peor que eso y acabamos quintos».

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